Hablamos con Génessis Salazar, experta en estética y fundadora del Centro de Estética G&G Beauty para descubrir los cinco aspectos que más influyen en el envejecimiento visible del rostro después de los 60, y que muchas veces pasamos por alto. ¡Toma nota!
Cuando llega el verano, muchas mujeres que se acercan a los 60 quieren lucir una piel más fresca, luminosa y natural, que refleje vitalidad sin perder su esencia. No obstante, existen ciertos hábitos o rutinas de belleza que, lejos de favorecer, acaban acentuando aún más los signos del envejecimiento.
Génessis Salazar, experta en estética y fundadora de Centro de Estética G&G Beauty, desvela los 5 aspectos que ve con frecuencia y que suelen afectar negativamente a la piel a partir de los 60. ¡No te los pierdas!
5 factores que envejecen el rostro, según la experta
1. El impacto del cansancio y los malos hábitos
Muchas veces hablamos del envejecimiento cutáneo sin tener en cuenta lo que ocurre realmente a nivel celular. “En cabina vemos pieles que reflejan el daño acumulado de años expuesto al estrés oxidativo. Los radicales libres, esas pequeñas moléculas que dañan las células de nuestra piel, ya sea por factores internos o externos (sol, contaminación, tabaco…), apagan el rostro y dan paso a los signos visibles de envejecimiento”, confiesa.
A partir de cierta edad, las defensas naturales de la piel bajan y este desgaste se nota en forma de opacidad, deshidratación y falta de elasticidad.
2. Exposición solar acumulada
Según Salazar, es habitual escuchar: “Yo siempre he tomado el sol sin protección y nunca me ha pasado nada”. Sin embargo, la experta asegura que cuando se observa la piel de cerca, los efectos están ahí: manchas, arrugas profundas y pérdida de firmeza.
“La zona del rostro, el cuello y el escote son especialmente sensibles, y es justo donde más daño se acumula. La piel tiene memoria, y cada primavera es una nueva oportunidad para cuidarla mejor”, concluye.
3. Un estilo de vida desequilibrado
Una piel apagada, sin vida o con textura irregular, no siempre se debe a un mal cosmético. En muchos casos, detrás hay hábitos que no ayudan: poca hidratación, mala alimentación, descanso insuficiente o incluso estrés crónico.
“Cuando preguntamos en cabina, muchas mujeres no relacionan estos factores con el estado de su piel, pero lo ci